domingo, 27 de septiembre de 2009




Princesas Mágicas
(by Jesús Adrián Romero)


Tengo dos excusas en mi mente
Para recortar mi día
y a mi casa regresar
Son un par de mágicas princesas
Con pijamas y con trenzas
Y juegan a ser mamá.

Ya se han dado cuenta que soy débil
con solo una sonrisa
Pueden todo conseguir
De mi corazón se han vuelto dueñas
Y me alegran la existencia
Con solo en ellas pensar.

Entre gimnasia y la tarea
Van creciendo muy de prisa
Ay ay ay
Las quisiera detener.

Pero un día se irán de casa
entre sus cosas llevarán
Un pedazo de mi vida que jamás regresara.


Mientras tanto quiero darles tantas cosas
quiero darles tanto amor
Tanta atención.
Yenseñarles cada día
Su importancia su valor
Quiero cuidarles el corazón.

Son como un jardín en primavera
Que se viste cada día
De belleza y esplendor
Son como palomas mensajeras
Que el Señor mando del cielo
Para hablarme de su amor.

Entre gimnasia y la tarea
Van creciendo muy de prisa
Ay ay ay
Las quisiera detener.

Pero un día se irán de casa
entre sus cosas llevarán
Un pedazo de mi vida que jamás regresara

Mientras tanto quiero darles tantas cosas
Quiero darles tanto amor
Tanta atención
Y enseñarles cada día
Su importancia su valor
Quiero cuidarles el corazón.

Ay ay ay
Las quisiera detener...


Hace un tiempo atrás recuerdo que dije: "No volveré a confiar en las personas y amarlas, menos. ¡Me aburrí de sufrir!" Y sé que Tú, Jesús me miraste con ojos de compasión y de amor... porque tenías otros planes para mí... cuándo yo pensé que ya nadie podría derribar los muros fortificados que puse para defenderme, me enviaste a un grupo de tiernas abejitas... algunas más trabajadoras que otras, pero que en conjunto se han convertido en piezas importantes para mí... nunca me imaginé que ellas pudiesen romper algunas barreras... pero yo, en mi orgullo, continue con los obstáculos... el objetivo era que no llegaran a mi corazón, el motivo: No sufrir. Fue entonces cuando enviaste un polluelo de águila, con sus plumas de colores y un poquito desordenadas. Yo como Águila supe que esta pequeña era especial, pero aún así mis escudos continuaron y cada vez que conversábamos me daba cuenta que se parecía mucho a mí... pero aún así, siempre tan testaruda decidí mantenerme firme en mi posición. Jesús, no sé como lo hiciste, pero sin darme cuenta éste polluelo llegó a mi corazón y se acurrucó junto a mis alas... qué más podía hacer, no tenía otra opción... solo amarla como lo hace una madre con su hija. Sé que Tú la posiste en mi camino y te prometo que la cuidaré. Trataré de enseñarle a volar, cómo Tu me has enseñado, le mostraré que desde las alturas todo se ve más lindo, sé que algún día abandonará el nido, pero seré feliz porque a través de ella, Jesús, volviste a recordar que soy un Águila.
Gracias por volver a enseñarme a AMAR.
Te amo Jesús.
Te amo mucho mi polluelo.